Hay muchas personas a las que admiramos porque en su actividad diaria tienen prestigio profesional; a la vez estudian maestrías o doctorados; atienden bien a su familia y cuidan de la formación humana y académica de sus hijos; están aprendiendo un nuevo idioma; cuidan de practicar algún deporte para mantenerse en buena condición física; son amigueros, los frecuentan y asisten a algunas reuniones sociales…
Además, no dan la impresión de estar agobiados, angustiados o estresados. Conservan la serenidad, el equilibrio mental, la alegría y el buen humor.
¿Cuál es la raíz de esa eficacia en el trabajo? En primer lugar, es fundamental aprender a darle prioridad a los asuntos urgentes e importantes y saber colocar en otro lugar los que son secundarios.
Pero para ello se requiere elaborar una agenda de trabajo semanal para lograr que lo secundario no invada el área de lo importante y viceversa.
Muchos profesionales se quejan de que, en cuanto llegan a sus lugares de sus respectivos trabajos sus “talones de Aquiles” son el perder miserablemente el tiempo contestando a las diversas redes sociales o dedicarle un tiempo excesivo al celular. Y cuando menos se esperan… ¡ya dieron las doce y les espera “una montaña” de cosas!
Considero que la primera pregunta que todo ejecutivo debe hacerse al llegar a su oficina al inicio de su semana laboral es: ¿qué asuntos necesariamente tienen que ser resueltos hoy? ¿mañana? ¿pasado mañana?... o bien, ¿esta semana?
Luego vienen los pendientes que no son tan importantes, pero que hay que atenderlos sin mayor dilación, y fijar en la agenda: ¿qué día de la próxima semana puedo atenderlos?
Y otro capítulo no menos destacado es el delegar trabajo a los subordinados, que les queden claras y concretas las indicaciones y la fecha precisa para reportarlos. Es clave comprender que “delegar no significa olvidar” sino encuadrarlos en un tiempo razonable para darles el debido seguimiento y aprender a exigir, de forma amable y cordial, cuando sea necesario.
Ya cubierta de manera jerarquizada nuestra actividad laboral, podemos hacer uso del celular en temas prioritarios, de manera moderada, porque el tiempo no nos sobra.
Finalmente se encuentra la atención a la esposa y a los hijos que tiene el carácter de otro trabajo por la trascendencia que tiene el hecho de formar en los hijos valores y virtudes humanas y espirituales, haciendo equipo con la esposa.
Y los otros tiempos, para los estudios de Postgrado, el deporte, practicar algún idioma, abordar lecturas interesantes y formativas… depende en buena parte del uso inteligente que hagamos de la agenda semanal, quincenal o mensual.
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