Entrevista al P. Mario López Barrio S.J., mexicano, teólogo y rector del Colegio Roberto Belarmino de Roma sobre el legado guadalupano para América Latina y el mundo.
¿Qué significa para el pueblo mexicano la devoción a la virgen de Guadalupe?
Es interesante ver como una fiesta de tipo religioso adquirió desde el principio en la nación mexicana una parte de la identidad... La virgen de Guadalupe es un personaje, una figura histórico-religiosa para el pueblo mexicano, que está presente desde el origen, cuando apenas iba naciendo la Nueva España. Desde el principio es un elemento de identidad nacional. Un elemento de nuestra historia. Es muy difícil para los no creyentes o para los no pertenecientes a la Iglesia mexicana negar esta realidad, porque está por todas partes, está en las venas, en la sangre del pueblo mexicano.
Devoción y presencia más allá de México
“La devoción se ha extendio más allá de las fronteras nacionales. Primero por la América Latina, luego quizá por la presencia de tantos mexicanos y latinos en el norte de América. Ahora es muy difícil no encontrar esta presencia de la Virgen de Guadalupe. Incluso en la lejana Asia, concretamente en Filipinas, la devoción está presente gracias a los viajes de los colonizadores desde la Nueva España. Ciertamente, es un elemento de identidad nacional que ha sido acogido y se extendió por otros países...” .
¿Cómo esta devoción une el continente americano?
“La devoción a la Virgen de Guadalupe se constituye a lo largo del tiempo como la espiritualidad, la que se traduce en una forma de vida, en una forma de relacionarse con los demás y de entender el mundo....lo mariano y lo guadalupano se expresarían en cierta manera en una sensibilidad hacia lo popular, hacia el pueblo sencillo, hacia una forma de entender la justicia social, como una atención a lo indígena...lo guadalupano es, desde el origen, una atención a este tipo de población pobre, indígena, durante mucho tiempo olvidada o no tenida en cuenta. Los elementos que nos unen en el continente son los que tienen que ver con la atención a lo sencillo de la población, a la pobreza, a la insignificancia social, a la mayoría sin educación...”.
Camino al encuentro de Jesús y del prójimo
“María en el Evangelio significa la preparación del mesías, significa la elección de Dios a una mujer del pueblo sencillo, significa la respuesta de ese pueblo representado en aquella mujer, entonces, es como un puente... La virgen es un puente de la comunicación de Dios hacia su pueblo... Esta comunicación hace posible una cadena de evangelización. Una imagen, de una mujer indígena, que habla con cariño, que se acerca, que pone un santuario, una casa, es decir, Dios está cercano, interesado en esta población”.
María de Guadalupe ilumina la realidad en que vivimos. Por ello, no basta con hacer peregrinaciones. Toda expresión de una fe viva, como toda auténtica evangelización tiene que ser un instrumento que transforme la sociedad a todos los niveles. “El guadalupanismo tiene que ser un camino hacia una sociedad más justa y más auténtica”, concluyó López Barrio.
Fuente: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2018-12/virgen-guadalupe-iglesia-fe-compromiso.html
Se debe celebrar la Navidad “con verdadera fe”. Es la invitación que el Papa Francisco ha expuesto hoy durante su homilía de la Misa celebrada en Santa Marta, y en la que ha comentado el pasaje del Evangelio de Lucas de hoy, que narra la curación de un paralítico y que sirve – ha puntualizado - como “inspiración” para reafirmar que la fe infunde valor y que es la manera de tocar el corazón de Jesús.
“Pedimos fe en el misterio de Dios hecho hombre. La fe también hoy, en el Evangelio, muestra cómo toca el corazón del Señor. El Señor a menudo vuelve a la catequesis sobre la fe, insiste. "Viendo su fe", dice el Evangelio. Jesús vio esa fe - porque se necesita coraje para hacer un agujero en el techo y dejar caer una camilla con el enfermo allí... se necesita coraje -. Ese coraje, ¡esta gente tenían fe! Ellos sabían que si el enfermo llegaba delante a Jesús, sería sanado”.
El Papa Francisco recuerda que "Jesús admira la fe en las personas" como en el caso del centurión que pide la curación de su siervo; de la mujer siro-fenicia que intercede por la hija poseída por el demonio o incluso de la dama que, solo tocando el dobladillo del manto de Jesús, se cura de la pérdida de sangre que la afligió. Pero "Jesús - agrega el Papa - reprocha a las personas de poca fe" como Pedro, que duda. "Con la fe - continúa - todo es posible".
“Hoy hemos pedido esta gracia: en esta segunda semana de Adviento, preparémonos con la fe para celebrar la Navidad. Es cierto que la Navidad - como todos sabemos – muchas veces se celebra no con tanta fe, también se celebra de manera mundana o pagana; pero el Señor nos pide que lo hagamos con fe y nosotros, esta semana, debemos pedirle esta gracia: poder celebrarlo con fe. No es fácil mantener la fe, no es fácil defender la fe: no es fácil”.
Emblemático para el Papa es el pasaje de la curación del ciego en el capítulo IX de Juan; su acto de fe delante a Jesús a quien reconoce como el Mesías. Un pasaje que el Pontífice recuerda para exhortar “a confiar nuestra fe a Dios”, defendiéndola de las tentaciones del mundo.
“Nos hará bien hoy, e incluso mañana, durante la semana, tomar este capítulo IX de Juan y leer esta hermosa historia del niño ciego de nacimiento. Y terminar desde nuestro corazón con el acto de fe: "Creo, Señor. Ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, ya sea teologizando o moralizando ... no. Fe en ti, Señor".
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