Mucho has escuchado de los Concilios, imagino que especialmente el Concilio Vaticano II, pues a partir de él ha habido muchas reformas eclesiales muy importantes, que tristemente todavía no conocemos todos los cristianos del mundo.

                       Los concilios surgen en la Iglesia desde sus orígenes, ya que se vio la necesidad de establecer una ideología o lineamientos generales que aclararan la propia identidad de la Iglesia de acuerdo a la realidad del cristiano conforme van cambiando sus circunstancias.

                       Un concilio es una asamblea de Obispos de todo el mundo, que son convocadas para precisar aspectos fundamentales de la fe y de alguna manera combatir las herejías que en todos los tiempos han surgido, pero el Magisterio de la Iglesia debe resolver sobre las mismas conforme van surgiendo en el pueblo.

                       Existen concilios ecuménicos que son aquellos convocados por el Santo Padre para tratar asuntos que conciernen a toda la Iglesia, por lo que son universales, expresando en ellos y dictaminando la unidad de la Iglesia Universal.

                       Hasta la fecha se han llevado a cabo, desde el comienzo de la Iglesia, un total de veintiún concilios, siendo el primero  convocado por los propios apóstoles. Hch 15.

                       En los primeros 8 concilios ecuménicos celebrados en el oriente cristiano, se definieron verdades dogmáticas sobre la Trinidad, Cristo  y herejías de la época. Posteriormente, en el año 1054, se realizaron en Roma cuatro concilios más, dos en Francia y uno que se llevó a cabo en las ciudades de Viena, Constanza, Ferrara, Florencia, Latrán y Trento. Siendo todos ellos de carácter dogmático y disciplinar y producto de ellos se promulgaron dogmas y se determinaron las normas disciplinares para la Iglesia.

                       En el Concilio Vaticano II en cambio, se promulgaron normas pastorales,  de renovación, apertura y diálogo con el mundo moderno para dar una respuesta al hombre conflictuado. Nunca antes habían asistido tantos obispos como en éste Concilio, 2000 en total, promulgando al término cuatro constituciones, dos dogmáticas y dos pastorales, nueve decretos y tres declaraciones. En ésta ocasión hubo participación de laicos como consultores, quienes guiaron a los obispos en temas muy específicos de los cuales eran peritos.