EL ARTE DE LA BUENA CONVIVENCIA

Columnistas con valor

Por: Raúl Espinoza Aguilera | 2020-02-17

El valor de ser católico

??Por qu?? se dice que la convivencia es un arte? Porque la buena convivencia engloba muchos factores y no se improvisa. Algunos piensan que se basa en la sola espontaneidad ???en ???soltar las netas??? como suelen decir algunos j??venes- y precisamente ??sa es la causa por la que se generan innumerables conflictos, roces y malos entendidos, es decir, por un falso sentido de la ???naturalidad???.

Para que el trato mutuo sea amable y cordial se requiere el tener presentes las normas de urbanidad y buena educaci??n. Toda persona posee su dignidad, desea ser respetada y que se le muestre aprecio y estima. Por ello, es necesario tomar en cuenta siempre la libertad de cada individuo y su autonom??a en las manifestaciones propias de su personalidad: su car??cter, temperamento, gustos, aficiones y maneras de ser.

En esta ??poca de los grandes avances electr??nicos, muchas personas se quejan de sufrir soledad y no se sienten comprendidas. Muchas veces la soluci??n se encuentra en saber escuchar con paciencia a los dem??s, sin manifestarles la impresi??n de prisa. Por ejemplo, si padecen una enfermedad, o tienen un agobio econ??mico, o les preocupa un familiar cercano al que los m??dicos le dan pocos meses de vida. ??Cu??nto agradecen esas personas que han perdido la paz y la tranquilidad, el que haya familiares y amistades que les escuchen con aprecio y cari??o!

Sin duda, un aspecto destacado en la convivencia es ponerse en el lugar del otro. Como se dice coloquialmente ???ponerse en los zapatos de los dem??s???. Por ejemplo, existen matrimonios que son ejemplares en muchos aspectos y, sin embargo, a pesar de la buena formaci??n que por muchos a??os les brindaron a sus hijos, algunos de ellos han resultado rebeldes, alcoh??licos, drogadictos; no quieren estudiar una carrera y viven a expensas de lo que sus padres les proporcionen. En esos casos el acompa??amiento de los familiares y amigos son una ayuda invaluable, lo mismo que ofrecerles algunas posibles soluciones para esos hijos con problemas, como el que acudan a un buen psiquiatra, a los alcoh??licos an??nimos, a determinados psicopedagogos y orientadores familiares.

Un cap??tulo aparte de la buena convivencia consiste en tener una visi??n positiva de las circunstancias. Desgraciadamente nuestro M??xico ha ca??do en una espiral de violencia, caos, secuestros, asaltos e inseguridad. Los medios de comunicaci??n cumplen con su funci??n de informar. Pero no cabe duda que algunos de esos medios, con tal de vender m??s o de subir el ???rating??? de audiencia, agigantan la magnitud de los hechos y los repiten una y otra vez. Tengo varios conocidos que, ante ese alud de malas noticias, han optado por no ver los noticieros nocturnos porque les producen insomnio y pierden la tranquilidad.

Y es que ese clima de sucesos negativos, dram??ticos, catastr??ficos producen estr??s en la poblaci??n. Desde luego, no se trata de cerrar los ojos a la realidad de nuestro entorno, pero es importante que no empa??e la convivencia familiar o laboral.

Diariamente tengo la costumbre de buscar, en primer lugar, qu?? noticias positivas, constructivas y edificantes se dieron a conocer en los medios de comunicaci??n. De manera que, ante una reuni??n social o familiar, me adelanto a comentar si ya se enteraron que determinada empresa automotriz invertir?? una considerable cantidad de millones de d??lares en armadoras o partes de coches; que si leyeron que un grupo de empresarios de otras naciones han decidido invertir en nuestro pa??s tantos millones de euros; que el turismo en los hoteles de las playas de M??xico rompi?? r??cord de visitantes; que han surgido varias fundaciones de asistencia social y asistencial, impulsadas por un numeroso grupo de ciudadanos filantr??picos, para la atenci??n de personas con alg??n tipo de enfermedad concreta o menesterosas y en desamparo. De tal manera, que las conversaciones toman ese curso positivo y alentador.

En toda convivencia surgen peque??os desacuerdos o pol??micas, pero es fundamental no darles importancia, puesto que es lo normal en el trato humano. Aqu?? no cabe ni la susceptibilidad ni los rencores ni el resentimiento. Quiz?? sea una especie de c??ncer que habr??a que combatir cuanto antes, si es que llegara a aparecer. Porque de lo contrario, el coraz??n se llena de una amargura que s??lo hace da??o a la persona que se deja llevar por el sentimentalismo.

Una ??ltima sugerencia consiste en enriquecer las conversaciones con base a las buenas lecturas. Sin duda, las biograf??as de personajes ilustres, los apasionantes episodios hist??ricos, las singulares costumbres de otros pa??ses, diversos aspectos de la cultura general, del arte y de grandes obras literarias, constituyen un rico bagaje para una fruct??fera conversaci??n y amable convivencia.

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